Expertos que se dedican a estudiar la segunda guerra mundial afirman, que si bien la bomba atómica acabó con la guerra, fue la creación y el desarrollo del RADAR quien la ganó. Si exploramos un poco sobre el proceso de innovación para la creación de del radar de localización encontramos que fue encargado a científicos del MIT a inicios de los años 40 del siglo pasado, y que para su investigación se construyó un edifico que se lo conoce como Building 20. Este edifico no era una gran obra de arquitectura, fue pensado para ser una obra barata y de construcción rápida, que además se derribaría una vez la guerra llegara a su fin.

Building 20 - Wikipedia

Edificio 20 (Bulding 20)

 

Al inicio, el Building 20 presentó algunas complicaciones: presencia de goteras y mala ventilación; sin embargo, al poco tiempo se convirtió en un increíble laboratorio de innovación. El MIT incumplió su promesa de derribarlo después de la guerra y, debido a la carencia de espacios, envió a muchos departamentos y grupos de investigación a trabajar en ese edificio; así se trasladaron allí desde científicos expertos en electrónica hasta clubes de estudiantes de música.

Esta diversidad disciplinaria que se incluía en el edificio obligó a que los científicos solitarios pasaran relacionarse, lo que generó una diversidad intelectual. De los datos más interesantes que se produjeron de esas extrañas convivencias, uno era el caos de la señalización y el desorden de ubicación de espacios, lo cual llevaba prácticamente a perderse y, precisamente, la búsqueda constante de los habitáculos u oficinas permitió la existencia de esas conexiones creativas que se necesitan para innovar. Las personas que buscaban el Laboratorio de Investigación del Hielo tenían que pasar por delante de la Oficina de reclutamiento militar; los estudiantes que iban a jugar con los trenes se paseaban por pasillos llenos de los últimos experimentos informáticos; la misma estructura horizontal permitía o facilitaba estos encuentros fortuitos, que explotaba la imaginación y combinaban los distintos proyectos.

Esa relación espacio y creatividad, espacio e innovación, espacio y trabajo colaborativo, siempre nos ha apasionado en “Feeling”; pensarlo lleva a entender que cuando se trabaja en el mundo de la innovación, es necesario estar en espacios que permitan no solo unos encuentros fortuitos, sino, además, permitan la explosión de los distintos sentidos. “Feeling” siempre se ha caracterizado por proponer espacios alternativos, que permitan la experimentación del desarrollo creativo.

Hace diez años, en Pasto (Nariño), se creó el primer Centro de Innovación Social de la ciudad, nombrado: “PastoLab”; este espacio contaba con todas las características físicas y de infraestructura que caracterizan a los laboratorios de Innovación; en ese lugar surgieron experiencias como “El lamparazo”: una propuesta que consistía en invitar a todo tipo de personas a conversar sobre diversos temas; en estas conversaciones participaron desde coleccionistas de juguetes hasta expertos en realidad aumentada, y desde entrenadores de fútbol hasta expertos en cocina; “El lamparazo” trataba de crear estas conexiones creativas en “PastoLab”.

En 2016 surgió la “Coficina”, una mezcla de cocina y oficina que, desde ese año, se ha convertido en el espacio de trabajo de “Feeling”, a lo largo del tiempo, ha cambiado de ubicación, pero nunca de concepto; siempre ha buscado que fuera un espacio para la discusión, para la argumentación y para la propuesta; también, para las conversaciones informales y el humor; un espacio que se viviera con todos los sentidos, que se oliera, que se saboreara y que se pudiera tocar, pero, sobre todo, un espacio en el que se pudiera sentir.

Coficina de Feeling 2016

 

Desde “Feeling” también se propuso el “KLIP”, un Kit para la Implementación de Laboratorios de Innovación Pública; se planteó el espacio como uno de los cinco componentes a tener en cuenta en el momento de crear un Laboratorio de Innovación Pública; sabemos cómo funcionan las instituciones gubernamentales y sabemos lo complicado que es tener un espacio dedicado a la innovación; “Feeling” realmente busca cómo hacerlo de forma sencilla.

Así, en estos días, “Feeling” lanza su nueva “Coficina”; se invita a todas las personas a sentir este nuevo espacio, con sus rincones, que constantemente obligan a crear. Nuestra “Coficina” podría ser solo una partecita del histórico Building 2020, pero con la seguridad de que su fundamento siempre será del tamaño de todo el edificio.